EL CHAMAMÉ ES COMO AMÉRICA, FRUTO DEL MESTIZAJE


EL ORIGEN MUSICAL DEL CHAMAME

Por:  JOSÉ MIGUEL BONET*


Me animé a escribir este artículo con el propósito de propiciar un debate sobre los orígenes musicales del chamamé, es decir qué ritmos o formas se unieron para llegar a este nuestro Chamamé.

Lo que si es sabido es que antes de la presencia de los conquistadores en América el nivel musical del autóctono, es decir del Indio, esta incluído en el  paleolítico musical.

El hombre prehistórico dependía de las fuerzas de la naturaleza para poder vivir, porque le suministraba comida, agua, calor, refugio y lo proveía de todo lo que necesitaba para su subsistencia. Para llamar a esas fuerzas naturales para que lo ayudara, o para defenderse de ellas cuando se sentía amenazado, el hombre primitivo se valía de ritos mágicos, que acompañaba de cantos, toques de instrumentos y danzas sencillas.


El hombre empieza a desarrollar la música primitiva, acompañándose con su voz, con palmoteos, golpes en el suelo y también con los primeros instrumentos que su imaginación le permitió crear. Los instrumentos musicales del hombre primitivo sólo producían ruidos y su sonoridad estaba destinada a influir sobre los espíritus atrayéndolos o alejándolos, según las necesidades del momento.

Los materiales de sus instrumentos eran de origen natural como piedras, palos, caracoles, huesos, fibras naturales y trozos de madera. Descubrieron que con trozos de caña podían producir nuevos y mejores sonidos y también es probable que el hombre primitivo al fabricar sus arcos para disparar flechas, se diera cuenta que con la cuerda tensada producía un sonido particular y que cuanto más corta era la cuerda más agudo era el sonido, dándoles la idea de construir un instrumento musical (arco musical).

Los instrumentos musicales del paleolítico fueron: 

Aerófonos: cuernos, flautas de caña sin agujeros, cuernos, caracoles. 





Flautas de caña sin agujeros y cuerno.




Idiófonos: Tambor de hendidura: Era un trozo de árbol al que se le hacía una estrecha hendidura donde se frotaba un palo o una varilla y producía ruidos. Se encuentra actualmente en muchas culturas tribales.

                                                           Idiófonos

Palos, Maracas construidas con frutos (calabazas), raspadores de madera , cascabeles (vainas secas) y sonajas.



 Mbaraca

       
Membranófonos.: Tambores de un solo parche, que era un trozo de árbol ahuecado cubierto con una membrana de fibras vegetales tensada.

Cordófonos: arco musical, construido como el arco de caza pero con cuerdas mas cortas.

Cordófonos

Sabemos que las ceremonias del nemoa yeroky se hacian con una tacuara cargada de semillas, el tapucua, sólo manipulado por la mujer y el mbaraca,  que era un porongo cargado de semillas sólo manipulado por el hombre. La presencia del conquistador después de años de enseñanza eleva a la música a un periodo neolítico,  es decir la aparición de la cerámica y el creciente uso de los metales, permitió la creación de artefactos musicales de mejor calidad.  Surge la música como una forma de lenguaje, que utiliza el sonido y el silencio como mecanismo de transmisión de ideas o emociones.

 Partiendo de sonidos de distinto origen, se forman verdaderos tejidos rítmicos y melódicos, se relacionan texto y música en la canción y el baile con la música en las danzas.


El chamamé es una danza con raíces indígenas guaraníes, la base musical es guaraní. A esta base musical guaraní, con el tiempo, se le agregaron influencias jesuitas y europeas. Se podría definir de la siguiente manera: ritmo originalmente indígena, perfeccionado con el tiempo y las distintas influencias que tuvo. Lo guaraní se puede ver por ejemplo en el «sapucai» y lo europeista en la guitarra, ya que cualquier grupo de chamamé tiene una guitarra, un bandoneón, un acordeón (sea de teclas y pistones o de pistones a los dos lados), o ambos instrumentos

El significado de la palabra chamamé, es "cosa” o “cosa hecha como quiera que venga“. Hay otras acepciones como estas: che aimé ámame (yo estoy en la lluvia), che memé (siempre yo), che ámame (a mi amada), che amó ámeme (doy reparo a menudo).  La primera pieza inscripta como chamamé  en SADAIC data de 1930, Sus autores eran Diego Novillo Quiroga y Francisco Pracánico, se trata del tema Corrientes Poty (Flor de Corrientes), aparecido en un disco del cantante Samuel Aguayo. La creación del nuevo rótulo obedecía al deseo de RCA Víctor de congraciarse con el público correntino, principal comprador de sus discos. Varios intérpretes del género correntino iniciaron hacia 1942 un movimiento para cambiarle el nombre, sin lograr un consenso. En 1944 Osvaldo Sosa Cordero y sus correntinos lo denominaron Música campera. Pedro Sánchez, del trío Taraguí lo bautizó Letanía. Otros lo han denominado Litoraleña o Música del litoral.   Existen varios tipos de Chámame: el Chámame Maceta, de Caté (elegante, en lengua guaraní), Chámame Orillero, en el que se notan las influencias del Tango, Chámame Canción, de tónica sentimental conocido como Chámame Ganci o Chámame Triste; Chámame Kireí, de ritmo vibrante; Chámame Changüí, de ritmo lento ideal para la conquista amorosa; el Rasguido Doble, es una danza de melodía cadenciosa y el Valseado, que es una danza de pareja enlazada.


En los siglos XII y XIV en España, las composiciones poéticas con versos de 16 sílabas se rimaban todos entre sí en forma asonante. Estos versos requerían de una censura que los dividía en dos hemistiquios de 8 (ocho) sílabas cada uno; la estructurta del romance español, estructura que se sintetiza con la fórmula 8+8 que estaba plenamente vigente en los tiempos de "la conquista" y se difundió por todas las tierras en dominio de la corona. Ingresó a la región desde el Perú, adquiriendo matices regionales.

 El chamamé musicalmente  se caracteriza por una disposición musical polirrítmica en la que la estructura de apoyo (bajo-base) se ejecuta en pie binario (3/4), mientras que la melodía, es decir el canto como los instrumentos de rasgueo, se sobreponen melódica y tonalmente con el 6/8 .


Pero antes, un poco de historia. Según el experto argentino Rubén Pérez Bugallo, el chamamé es el resultado de una mezcla entre, en primer término, ciertas formas musicales españolas que, durante la conquista, fueron ingresando al continente americano por el Perú, siguieron su camino hacia el Paraguay y llegaron luego a la Argentina y, en segundo término, algunas danzas centroeuropeas populares en el siglo XIX, como el vals y la mazurka. Pérez Bugallo discute específicamente la idea de que el chamamé tenga un origen guaraní. Hay un basamento, explica, hispano-peruano, con un compás en seis por ocho, propio del llamado cancionero ternario colonial, sobre el que se agregan aquellas formas europeas en tres por cuatro:

Un buen día, gringos y criollos decidieron hacer música juntos. El que llegaba de Europa aportó su acordeón y sus ritmos de ambos órdenes: el binario de la polka y el chotis y el ternario del vals y la mazurka.  El hombre de tierra adentro tomó su guitarra y acompañó con rasguidos, rítmicamente fiel a lo que le dictaba su tradición: en seis por ocho. […] En cuanto al resultado de esa mixtura, sabido es que en toda asociación instrumental espontánea lo que marca la modalidad rítmica es el acompañamiento –en este caso, recordemos, a cargo de la guitarra criolla–. […] En efecto, una mazurka de acordeón acompañada por una guitarra en seis por ocho produce un resultado difícilmente diferenciable de un chamamé.

Yo por mi parte me inclino a pensar en otra hipótesis la cual tiene como ubicación al Virreinato del Perú, su música acriollada baja a nuestras tierras, y más específicamente a la zona mesopotámica.

La primera razón que doy a esta hipótesis es porque el chamamé por lo general corresponde al sistema ternario colonial. Quiere decir que se ajusta a una gama diatónica que por lo general evita los grados 7mo y 8vo; las melodías se mueven por lo general por grado conjunto, al modo del arpa; la melodía nunca finalizaba en tónica sino en el 3er grado; que la tónica final quedaba a cargo de la segunda voz (si la había); a menudo las líneas melódicas eran bimodales (pasaban por los modos mayor y menor); también bitonales por los frecuentes pases de los acordes menores a sus relativos mayores; enarmonizan en tono y dominante como regla de oro agregando el subdominante del mayor cuando el caso lo exigía, que se acompaña con guitarra rasgueada y que su ritmo es ternario.

Todo lo anteriormente mencionado da prueba que se trata de una expresión musical íntimamente emparentada con el gato, chacarera, etc. Y que la posee la misma-cuando no mayor- profundidad cronológica que muchas especies de esta gran familia.


* José Miguel Bonet-  Cátedra Libre del Chamame de la Unne.

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